domingo, 9 de enero de 2011

La Herencia Musical de Georg Friedrich Händel


Georg Friedrich Händel fue uno de los más grandes compositores de la última etapa barroca. Creo una serie de obras en el género de óperas, oratorios, música de iglesia, música vocal profana, obras orquestales, música de cámara y para clave, algunas de las cuales son presentadas a continuación.
Las Óperas

Händel compuso más de 40 óperas italianas la mayoría de ellas para ser presentadas en la ciudad de Londres. La costumbre de usar castrati para representar los papeles protagonistas masculinos, así como el carácter históricos en gran formato, son algunas de las razones más importantes que explican que estas obras hayan sido desatendidas hasta fecha muy reciente, y que solo hayan vuelto a ser interpretadas como consecuencia de un renacimiento general de obras para escena escritas en el período barroco. Algunas melodías, sin embargo, pudieron imponerse de ese olvido de siglos: en especial el llamado largo de la ópera Serse (Jerjes), aparecida en el año 1738, la cual ha podido ser escuchada con incontables e inenarrables arreglos. Otras áreas posteriores también se libraron de ese destino. Así tenemos, por ejemplo, que el Lascia ch´io pianga de Rinaldo, y el Piangero la sorte mía (Lloraré la suerte mía), de Julio César, están presentes habitualmente en los repertorios.

Los Oratorios

 Ningún otro oratorio ha conseguido la popularidad del Mesias (El Mesías). En esta obra en tres partes sobre el nacimiento, la pasión y la resurrección de Jesucristo, vio a la luz en el año 1742, y fue estrenada en Dublín. Tardó algún tiempo en imponerse ante el público de la iglesia anglicana, pero una vez que echó raíces, se convirtió en una institución de carácter permanente. Otros momentos cumbres de la labor creadora de Händel en lo relativo a los oratorios,  lo constituyen obras como Israel en Egipto, el Judas Macabeo, Sansón y Salomón. 

En su oratorio Semele, Händel puso música a un argumento profano basado en un episodio de la mitología a partir del texto de dramaturgo inglés William Congreve.

La Música de iglesia

Durante su estancia en Roma en el año 1705, Händel escribió algunas obras para la liturgia católica. En Inglaterra surgieron, con el patrocinio del duque Chandos, los llamados Chandos Anthems (Himnos de Chandos), así como otros cuatro himnos para la coronación de Jorge II (1727), en los que el compositor, cumple de manera notable con las exigencias de la fastuosa ceremonia. Las versiones musicales del Tedeum que realiza para conmemorar la paz de utrecht (1713), y la victoria sobre los franceses en Dettingen (1743) son obras con motivaciones políticas.

La Música Vocal Profana

El drama pastoral en torno a las figuras de Acis y la ninfa  Galatea, así como el malvado Polifemo fue estrenado, en el año 1718; se trata de una obra elegante y típicamente galante en las que destaca el aria para barítono O ruddier tan the cherry. L´allegro, il perseroso ed il moderato, a partir de su poema de Milton, fue concluido en 1740 y contiene la muy popular aria para soprano de Sweet bird.

En los inicios de su carrera, Händel escribió varias cantatas italianas para una o dos voces solistas con acompañamiento de orquesta, y también  dúos y tercetos con acompañamiento de orquesta de cámara. En este terreno todavía quedan muchas bellas obras por descubrir.

Las Obras Orquestales

 Georg Friedrich Händel compuso también varios concerti Grossi, género muy del gusto italiano que Arcangelo Corelli tanto desarrolló y paladeó. En 1774 publicó seis de ellos como, op. 3, y cinco años después dio a conocer otros doce, como op. 6. El concerto grosso en do mayor (la fiesta de Alejandro), recibió ese sobrenombre porque fue presentado en 1736, con la obra coral del mismo nombre para celebrar la fiesta de Santa Cecilia, patrona de la música. 

El excepcional organista que era Händel no solía entretener a su público en las pausas de sus oratorios con canapés y champán sino con improvisaciones al órgano. Así surgieron con el transcurso del tiempo, dieciseis conciertos (op. 4 y op. 5). También se hizo muy conocida la wáter music (música acuática), del año 1717, que servían para el esparcimiento del rey Jorge I, cuando se hacía llevar hasta Chelsea en barca por el Támesis.

Un verdadero caos de tráfico se produjo con el ensayo general de la Music For The Royal Fireworks (música para lo reales fuegos de artificio, 1749), escrita por Händel por la paz de Aquisgrán: todo el mundo quería escuchar la música, y de repente todos los vehículos de Londres se detuvieron.

La Música de Cámara

Además de las suntuosas obras escritas para ¨consumo externo¨  y para el gran público, Georg Friedrich Händel también compuso una serie de íntimas sonatas trío (fundamentalmente para dos violines y bajo continuo), así como seis sonatas para violín o para flauta dulce y bajo continuo. Estas doce sonatas fueron publicadas alrededor de 1730, con el número de opus 1, aunque el editor dejó sin indicar, que instrumento debía interpretar la parte solista, si el violín, la flauta o el oboe, algo habitual en una época en la que había cierta flexibilidad.

La Música para Clave

Georg Friedrich Händel fue, en su época, un virtuoso en instrumentos de teclado. Sus composiciones para clavicémbalo (al igual que la música de cámara escrita para pequeños conjuntos) le muestran como un maestro de los matices íntimos. En 1720 se publicaron 8 suites; en 1733 apareció una segunda colección.

Particularmente famosa se hizo el aire con cinco variaciones de la suite para clavicémbalo núm. 5. Su sobrenombre, el herrero armonioso, se lo debe este movimiento al mi grave del bajo y a los graves trémolos de la segunda variación, que los contemporáneos del compositor debieron de interpretar como amenazantes golpes de martillos.

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