domingo, 9 de enero de 2011

Herencia musical de Ludwig van Beethoven

En la historia de la música de los últimos siglos no hay ninguna individualidad que haya influido de forma tan categórica en el desarrollo de la misma como Ludwig van Beethoven, creo una serie de obras que revolucionaron todos los ámbitos de la música, las cuales son presentadas a continuación.
Obras escénicas
 Fidelio es la única ópera compuesta por Ludwig van Beethoven: en cierto sentido se trató de un parto ¨doloroso¨, una obra que hubo de sufrir varias revisiones desde 1805 antes de poder celebrar su triunfo  final en el año 1814. En la obra la heroína Leonora, disfrazada de hombre (Fidelio), libera a su esposo de las mazmorras en las que lo ha hecho encerrar un malvado  gobernador: un símbolo de rebeldía contra las tiranías de cualquier índole. Otros proyectos de ópera, como Vestas Feuer (El Fuego de Vesta), o incluso un Fausto, no pasaron de ser una idea.
El ballet Die Geschopfe des Prometheus (Las criaturas de Prometeo) de 1801, la música para la obra teatral Egmont de Goethe, una obertura para el Coriolano de Collins, así como la música para curiosos festivales, como Die Ruinen von Athen (Las ruinas de Atenas) y Konig Stephan, Ungarns erster Wohltater (El rey Esteban, primer benefactor de Hungría), de August von Kotzebue, nos transmiten una imagen difusa del Beethoven compositor para el teatro: hallamos obras grandiosas al lado de obras banales; elementos impuestos por la moda junto a otros con visión de futuro.
Música vocal
Después de la Misa en si menor de Bach, es la Missa solemnis de Beethoven la más versión musical de la ordinarium missae latina. Una hora y media dura la obra que Beethoven concibió originalmente para la unción de su discípulo, el archiduque Rodolfo de Austria, como arzobispo de Olmutz. Pero las dimensiones fueron creciendo hasta lo inimaginable, y la obra sólo pudo quedar terminada mucho después. Menos imponente es la temprana misa en do mayor op. 86, mientras que el oratorio Christus am Olberge (Cristo en el Monte de los Olivos) op. 85 forma parte de esas curiosidades musicales que jamás lograron imponerse.
Beethoven también trabajo en el terreno de la canción, gran fama alcanzaron, sus versiones de poemas de Goethe y el ciclo An die ferne Geliebte (A la amada lejana), op. 98.

Obras orquestales:
a)   Sinfonías
En sus sinfonías, Beethoven demostró al gran público lo que él entendía por ¨revolución¨. Al menos desde que presentó la Heroica (op. 55), una obra de una hora de duración, los oyentes hubieron de comprender que había quedado definitivamente atrás la época de las galanterías divertidas. La Quinta sinfonía, un logrado intento por componer toda una obra a partir de un único motivo; la Pastoral, una expresiva descripción de fenómenos naturales; y, por último, la Novena, con su coro final que dinamitaba todo lo que se había hecho hasta ese momento: todas ellas constituyen estaciones en las que es posible seguir claramente la evolución del compositor.
·                Oberturas
Los problemas que tuvo Beethoven con la versión definitiva de su única ópera, Fidelio,  se ponen de manifiesto en la existencia de un total de cuatro oberturas de la misma. La obertura de Fidelio propiamente dicha, escrita en mi mayor, vio a la luz en 1814; antes el compositor había compuesto ya tres oberturas para Eleonora (Título original de la obra), de las cuales la número dos y la número tres son apreciadas hoy como piezas de concierto. También  las oberturas al Egmont de Goethe y al Coriolano de Collins, además de la del ballet Prometeo y la de las ruinas de Atenas, son piezas que pueden oírse con bastante frecuencia.  Todavía queda una curiosidad: la obertura Die Weihe des Hauses (la inauguración de la casa), de 1822, escrita para la inauguración del teatro del distrito de Josephstadt, de Viena.
 ·              Conciertos
Del temprano periodo de Bonn data un concierto para piano  de gracioso tono infantil, el Concierto en mi mayor, así como un movimiento inconcluso de un concierto para violín y orquesta en do mayor, los cuales aún no revelan nada sobre lo que habría de ocurrir más tarde. Los cinco conciertos para pianos oficiales, el singular concierto para violín y el encantador triple concierto para piano, violonchelo y violín, así como las dos romanzas para violín, constituyen piezas fijas en la vida musical. La Fantasía para piano, coro y orquesta op. 80 es una pieza única en su género.

Música de cámara
Diez sonatas para violín y piano, cinco para violonchelo y piano, además de una sonata para trompa constituyen las composiciones más relevantes para dúo instrumental. Esta parte de su producción  es superada por los tríos para piano, y en especial por los dieciséis cuartetos para cuerda. Los cuartetos de los últimos años de su vida rompen completamente con los límites formales y armónicos, y la Grobe Fuge (Gran Fuga) op. 133, de acuerdo con el pensamiento de la época, tendría que clasificarse como atonal. Esta obra chocó tanto a los oyentes que Beethoven la eliminó del cuarteto para cuerda en si bemol mayor op. 130, y compuso un nuevo movimiento final para esa obra.
Ludwig van Beethoven compuso algunas obras de cámara para instrumentos de viento, entre otras un sexteto para dos trompas y cuarteto de cuerda y un quinteto para piano y cuatro instrumentos de viento.
Música para piano
 Beethoven compuso treinta y tres sonatas para piano enumeradas, las cuales como no podía ser de otro modo, pusieron a ese instrumento relativamente delicado al límite de sus posibilidades. Existe una serie de notables ciclos de variaciones cuya pieza de mayor envergadura, las treinta y tres variaciones sobre un vals de Diabelli. El hecho de que algunas sonatas gozaran de una mayor popularidad que sus hermanas tiene que ver con la estúpida costumbre de prestar mayor atención a los subtítulos: la celebridad de la Pathétique (Patética) op. 13, de la Mondscheinsonate (Sonata claro de luna) op. 27, de la Waldsteinsonate, de la Appassionata op. 57, y de la Hammerklavier (Pianoforte) op. 106, todas estas obras son únicas y tiene su propia importancia. Tampoco pueden subestimarse las tres colecciones de bagatelas (op.33, op. 119 y op. 126), en las que Beethoven entregó instantáneas musicales de extraordinaria concentración. No es necesario hablar aquí de la fama mundial de la pequeña pieza pianística titulada Fur Elise (Para Elisa).
Danzas
Beethoven también ganaba algo de dinero rindiendo algún que otro tributo a las modas, y produciendo música de danza para determinados eventos sociales, con esta finalidad, creo minuetos, danzas alemanas y contradanzas, así como con las llamadas danzas de ¨Modling¨, escritas durante una visita de veraneo para un restaurante de Modling, a las puertas de Viena.

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